domingo, 29 de enero de 2012

LA VENTANA DEL MAYOR (90)

La alimentación de los mayores: Comer bien para vivir mejor

Los avances en nutrición humana, han permitido prolongar nuestra esperanza de vida. Una alimentación adecuada es el primer paso para lograrlo, dentro de un estilo de vida saludable, que comprende la práctica regular de ejercicio según la condición física individual y el abandono de hábitos perjudiciales - tabaco, alcohol, auto medicación -, sin olvidar la importancia de mantener la mente ocupada en actividades lúdico-recreativas.

Hacer una dieta sana permite vivir bien durante el mayor tiempo posible, con mayor autonomía y, finalmente, manteniendo la alegría de vivir. Y siempre procurando que las comidas sigan siendo un placer y no un castigo o una obligación Alimentarse no sólo consiste en comer para vivir o para saciar el hambre, sino una necesidad que podemos aprovechar para mejorar nuestra salud o, al menos, para no empeorarla.

Hacer una dieta variada y equilibrada es importante a cualquier edad. Sin embargo, numerosos estudios demuestran que las personas mayores no se alimentan bien. Las razones pueden ser muy variadas: soledad, problemas de dentición o movilidad, dolores articulares, disminución del sentido del gusto, recursos económicos reducidos, etc. El resultado es una alimentación desequilibrada, insuficiente, que puede tener efectos muy dañinos sobre la salud que se manifiestan por una menor resistencia a las infecciones, recuperación más lenta después de una enfermedad, fatiga crónica anormal, heridas que cicatrizan mal, deshidratación, bajadas de tensión, confusión, estreñimiento crónico, problemas cardíacos, etc. Determinadas alteraciones y enfermedades se relacionan con desequilibrios en la alimentación, sea por exceso de algunos nutrientes, que pueden causar obesidad, problemas de tensión, colesterol elevado, etc.; o por defecto, como falta de vitaminas y minerales, que provocan anemia, falta de apetito, caída de cabello, etc.

Influyen también en nuestra alimentación factores ambientales como costumbres y cultura del lugar en que vivimos, modas y medios de comunicación, entorno familiar, sexo, edad, preferencias, religión, el grado de actividad ya sea sedentaria, ligera, moderada y el estado de ánimo y de salud.

No existen unas normas dietéticas que sirvan para todo el colectivo de mayores; la dieta debe ajustarse a las necesidades particulares en función de factores muy diversos. Sin embargo, existen una serie de recomendaciones generales extensibles a todas las personas mayores, que les permitirán cubrir las necesidades de energía y de otras sustancias aprovechables por el organismo, encaminadas a promocionar una mejor calidad de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario