viernes, 21 de septiembre de 2012

LA VENTANA DEL MAYOR (110)

La obesidad en las personas mayores

       El cuerpo, con el paso del tiempo, sufre una  serie de cambios fisiológicos. Reduce el agua del cuerpo y la sensación de sed, causando un riesgo de deshidratación involuntaria. Se presentan problemas de  visión y  olfato, lo que hace menos atrayente la comida, lo que sumado a la pérdida de las papilas gustativas y las dificultades para mascar y tragar, hace que las personas mayores vayan dejando de lado su alimentación.  Pero por otro lado aumenta la grasa corporal y se reduce  la masa muscular y la absorción digestiva de los nutrientes esenciales


 Se llama obesidad a un aumento mayor al 20% del peso ideal a expensas de  la grasa corporal.  Si la diferencia oscila entre un 10 y un 20%  nos encontramos con un sobrepeso   En la actualidad, un 80 por ciento de la población mayor de 65 años tiene obesidad  o sobrepeso.  Podemos estar hablando de un grave problema. Su origen se encuentra en el desequilibrio entre la alimentación y la actividad física. Para mantener la composición corporal adecuada hay que realizar una alimentación que logre un equilibrio entre los alimentos que se toman y los que se gastan en la actividad diaria y física. El problema es que esta balanza no suele estar equilibrada y se tiende al aumento de la grasa y el peso.

 Los hábitos de vida actuales con dietas de alto contenido en grasa combinado con una vida sedentaria han hecho aumentar los casos de sobrepeso y obesidad. Además, la educación está relacionada con el tipo de alimentación. En las personas con menor nivel cultural se triplican los casos de obesidad y sobrepeso. De igual forma, se ha observado que los mayores que viven con sus familias llevan una alimentación más adecuada. De hecho, vivir solo, constituye un factor de riesgo para una mala nutrición


         La obesidad  ha dejado de ser un tema  estético para convertirse en un factor de riesgo. Afecta a casi todos los aspectos de la vida, no solo a la salud, sino también a la autoestima y al bienestar social. En primer lugar es un problema de salud, llevando consigo una serie de enfermedades como la hipertensión,  cardiopatías  o  diabetes así como alteraciones psíquicas, que contribuyen a que el envejecimiento no sea satisfactorio motivando un descenso de la calidad de vida Puede acelerar el envejecimiento e incluso  la mortalidad. Los obesos envejecen menos, porque viven menos.

     En general, los geriatras consideran que la dieta del mayor tiene que asemejarse lo máximo posible a la Mediterránea. Debe incorporar proteínas como carnes, pescados, legumbres, frutos secos, vegetales y verduras.




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