La obesidad en las personas mayores
El cuerpo, con el paso del tiempo, sufre una serie de cambios fisiológicos. Reduce el agua
del cuerpo y la sensación de sed, causando un riesgo de deshidratación
involuntaria. Se presentan problemas de
visión y olfato, lo que hace
menos atrayente la comida, lo que sumado a la pérdida de las papilas gustativas
y las dificultades para mascar y tragar, hace que las personas mayores vayan
dejando de lado su alimentación. Pero
por otro lado aumenta la grasa corporal y se reduce la masa muscular y la absorción digestiva de
los nutrientes esenciales
Se llama
obesidad a un aumento mayor al 20% del peso ideal a expensas de la grasa corporal. Si la diferencia oscila entre un 10 y un
20% nos encontramos con un sobrepeso En la actualidad, un 80 por ciento de la
población mayor de 65 años tiene obesidad
o sobrepeso. Podemos estar
hablando de un grave problema. Su origen se encuentra en el desequilibrio entre
la alimentación y la actividad física. Para mantener la composición corporal
adecuada hay que realizar una alimentación que logre un equilibrio entre los
alimentos que se toman y los que se gastan en la actividad diaria y física. El
problema es que esta balanza no suele estar equilibrada y se tiende al aumento
de la grasa y el peso.
Los hábitos de vida actuales con dietas de
alto contenido en grasa combinado con una vida sedentaria han hecho aumentar
los casos de sobrepeso y obesidad. Además, la educación está relacionada con el
tipo de alimentación. En las personas con menor nivel cultural se triplican los
casos de obesidad y sobrepeso. De igual forma, se ha observado que los mayores
que viven con sus familias llevan una alimentación más adecuada. De hecho,
vivir solo, constituye un factor de riesgo para una mala nutrición
La obesidad
ha dejado de ser un tema estético
para convertirse en un factor de riesgo. Afecta a casi todos los aspectos de la
vida, no solo a la salud, sino también a la autoestima y al bienestar social.
En primer lugar es un problema de salud, llevando consigo una serie de
enfermedades como la hipertensión,
cardiopatías o diabetes así como alteraciones
psíquicas, que contribuyen a que el envejecimiento no sea satisfactorio
motivando un descenso de la calidad de vida Puede acelerar el envejecimiento e
incluso la mortalidad. Los obesos
envejecen menos, porque viven menos.
En
general, los geriatras consideran que la dieta del mayor tiene que asemejarse
lo máximo posible a la Mediterránea. Debe
incorporar proteínas como carnes, pescados, legumbres, frutos secos, vegetales
y verduras.
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