Padres mayores - hijos adultos
Debido
al aumento de la esperanza de vida hay cada vez más hijos adultos de padres
mayores, cuyas relaciones no siempre son
fáciles por la coexistencia de sentimientos encontrados. Están influenciadas no sólo por el incremento
en las expectativas de vida, sino también por las diversas adaptaciones, tales
como cambios en residencia, trabajo, salud, matrimonio, divorcio, y nupcias.
Las relaciones entre los hijos adultos y sus padres mayores continúan a lo largo de toda la vida,.
Cuando abandonan el hogar, los hijos se
han hecho adultos independientes y autónomos,
Se mezclan sentimientos positivos – amor, ayuda recíproca, valores
compartidos, solidaridad…-, y negativos – soledad, conflictos y problemas,
dejadez,… Contraste entre autonomía y dependencia. Anhelos de contribuir al bienestar del otro, pero al
mismo tiempo manteniendo sus cuotas de
libertad e independencia.
Los padres tienen que enfrentarse al
proceso de envejecimiento, a problemas de salud, a la jubilación, y los hijos
deben comprender que sus progenitores, empiezan a necesitar su ayuda. Pero por
otro lado, a los hijos adultos inmersos en su carrera profesional, la crianza y educación de sus hijos, probablemente, no les quedara demasiado tiempo para sus padres
mayores, que se dejan abatir por la sensación de abandono. Las relaciones entre
ellos pueden adolecer del cariño, el respeto, la comunicación abierta y la
lealtad esperada. Sin embargo no faltan, tampoco, los casos en que son los
hijos adultos a quienes invade el sentimiento de frustración porque consideran
que sus padres mayores no les ayudan lo suficiente, ya sea económicamente o en
la crianza de sus propios hijos o por el contrario, porque entienden que los
abuelos interfieren en exceso en su propia vida familiar. En este sentido es de
interés ofrecer algunas sugerencias para la construcción y el mantenimiento de
relaciones saludables, entre los hijos adultos y sus padres mayores:
Comunicación. Escuchar e intentar
entender las experiencias Compartir las propias expectativas, sensaciones,
esperanzas, y preocupaciones. Reconocer que los sentimientos y las creencias de
los hijos adultos y de los padres mayores son verdaderos para cada uno de
ellos, ya que merecen el derecho de tener sus propias opiniones, incluso si son
diferentes. Respetarse el uno al otro.
Cada generación toma decisiones distintas, y debe sufrir o disfrutar por
sus consecuencias. Tienen experiencias
únicas. Construir y mantener una relación sana entre las diferentes
generaciones de la familia
Terminamos poniendo de relieve como
anécdota que China, un país donde durante milenios los más mayores en las
familias eran venerados por tradiciones religiosas, prepara una reforma legal
que podría castigar a los hijos adultos que no visiten a sus padres mayores. La
introducción de este delito se estudiará en la reforma de la Ley de Protección de los
Derechos e Intereses de los Ancianos, creada en 1996. La reforma señala en uno de sus epígrafes que
"los familiares no han de ignorar o aislar a los mayores, y deben
visitarlos frecuentemente si no viven bajo el mismo techo", ofreciendo la
posibilidad de llevar casos ante los tribunales si no se respeta esta
obligación. El cambio legal simboliza un
esfuerzo para restaurar los valores familiares en la sociedad china, que ha pasado
de una tradicional veneración de los más mayores, al olvido a muchos de ellos,
debido a una sociedad más individualista y materialista.