domingo, 9 de diciembre de 2012

LA VENTANA DEL MAYOR (121)


Prevención y actitudes de las personas mayores y cuidadores ante la enfermedad

No tienen porque estar unidos los términos envejecimiento y enfermedad, aunque sí es cierto que con la edad se van acumulando excesos de toda una vida, que pueden alterar la salud. Por ello es muy importante la prevención y que ésta se realice desde edades tempranas.
 En épocas pasadas no existía  interés  en promover un estado óptimo de salud física, mental y social en la población envejecida.  A causa de la edad,  se consideraba que cerca del final de la vida, el prevenir y modificar factores de riesgo no tenia sentido. Esta idea, sin embargo, se ha ido abandonando en los últimos años con el creciente interés que despierta este grupo de población y el conocimiento de que es posible fomentar y mantener su salud. Es cierto, sin embargo, que en las personas mayores la prevención de enfermedades tiene aspectos especiales. Más importante que disminuir la mortalidad y aumentar la expectativa de vida, lo que se persigue con las medidas preventivas  es  retrasar el deterioro funcional, evitar la dependencia y mantener la autonomía y la calidad de vida. De ahí  la importancia  de las actuaciones en el ámbito de la educación sanitaria, políticas de salud pública  y tratamiento de enfermedades
Cuando aparece la enfermedad en personas mayores, aumentan las posibilidades de que coincidan varias dolencias, lo que hace que una altere y potencie a la otra, y que sea necesario administrar varias medicinas  a la vez. El cuerpo no responde de la misma forma que antes, por lo que es muy probable que crezca el riesgo de que se pueda producir incapacidad si no se cuida de manera adecuada.

Cuando una persona mayor padece una enfermedad tiene miedo, sobre todo a no sobrevivir y morir. Por ser mayor, se aprecia la muerte de una forma más cercana que a otras edades más jóvenes y se tiene la experiencia de conocidos que ya han fallecido, entre ellos sus propios cónyuges. Por ello ponemos de relieve las distintas posiciones o actitudes más comunes de  las personas mayores ante la enfermedad.
En primer lugar tenemos a las que quiere curarse.  La mayoría se encuentra dentro de este grupo. Son colaboradoras y agradecidas, siempre y cuando se les trate de la forma idónea.
Hay un segundo grupo de personas mayores que no quieren curarse. Esto es muy poco frecuente, puede que deseen morir, pero si esto es así se debe a que se consideran una carga tanto afectiva, como familiar.
Y una tercera situación es el grupo de personas mayores que quieren seguir enfermos para así manipular el entorno. Es poco frecuente, pero en algunas ocasiones, la persona mayor sólo ve esta situación como única medida de llamar la atención ante la falta de cuidados o afectividad por parte del entorno. Aquí los familiares deben saber cómo corregir esta situación. Un trato cariñoso constante y no sólo cuando están enfermos es una buena solución.
Y por último vamos a poner de relieve algunas recomendaciones útiles para los cuidadores en relación con las personas mayores enfermas. Son éstas:
Intentar comprenderlas, para así poder entenderlas mejor.
No hay que gritarles, se les debe hablar siempre en tono normal, mirándoles a la cara, y con contacto físico (dándole la mano, suaves caricias en el dorso, etc)
Es tan malo el pesimismo como el optimismo. Una visión realista, positiva, es la mejor forma de afrontar sus problemas
Aunque es importante hablar con las personas mayores enfermas, lo más importante y lo más difícil es saber escucharlas sin prisas y sin críticas. 
Todo lo relativo a las personas mayores, sobre todo a las de más edad, al igual que ocurre en el caso de los niños de menor edad, requiere paciencia,  ya que la curación y la recuperación es más lenta que en otras edades. Con impaciencia no se alcanzará nada
No es conveniente hacer las cosas que precisen más de lo necesario. Hay que ayudarles lo justo, hacer lo que no puedan y dejarles cuando ya lo pueden hacer. Por ejemplo, podemos servirle y cortarle el pan, el filete, pero dejar que ellos se lo lleven a la boca
El respeto de su intimidad es fundamental. Todo lo referido a la higiene corporal es siempre un daño a nuestro pudor, por lo que el respeto en este sentido es básico. Que el cambio de pañales o el baño se haga en intimidad ayuda a demostrar el respeto que se tiene por la persona a quien se cuida. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario