domingo, 15 de septiembre de 2013

LA VENTANA DEL MAYOR (148)

Hogar y personas mayores

Es bien conocido el aumento de la esperanza de vida. Por ello el cómo y dónde vivir cuando seamos personas mayores es una situación que debemos contemplar.

Según el Instituto Nacional de Estadística, un 80% de las personas mayores, tienen su vivienda en propiedad y libre de cargas económicas; y el 15% se encuentran en  alquiler en régimen de “vivienda antigua”, pagando una cantidad baja si se comparan con el resto de alquileres de otros grupos de edad.

         Una característica general de la vivienda de las personas mayores es  su antigüedad, lo que conlleva ciertas carencias de gran importancia, como puede ser la falta de ascensor - hasta en un 35% de las viviendas -, lo que repercute en la movilidad de las personas y por tanto agrava la dependencia. Otras carencias, aunque se dan en menor medida, son la falta de calefacción, de teléfono y de agua caliente. Como dato positivo hay que destacar que las viviendas de nuestros mayores tienen una mayor superficie comparándolas con las de otros grupos de edad.  Para remediar estas deficiencias nos encontramos con los programas de rehabilitación de viviendas
       
        En un momento de nuestra vida puede presentarse la necesidad de  solicitar ayuda en el ámbito del hogar por problemas  físicos, psicológicos, familiares e incluso económicos. Esta ayuda  se lleva a la práctica mediante la prestación de determinados servicios, como:

        Programas de asistencia domiciliaria  centrados principalmente en mayores con problemas de autonomía personal o con alguna discapacidad o minusvalía y también en aquellos con problemas sociales. Es un servicio muy demandado puesto que los mayores prefieren envejecer en su casa aunque no puedan valerse por sí mismos Cubren las necesidades básicas diarias, realizando tareas del hogar.



La ayuda  o asistencia en el hogar se ha visto complementada desde finales de los años ochenta con la teleasistencia. Tan solo con pulsar la alarma permite la atención en cualquier momento del día de las personas mayores con dificultades de movilidad o que vivan solos, ante situaciones de emergencia, de soledad, de crisis de angustia, o simplemente por la necesidad de hablar con alguien. Además, facilita la atención de las emergencias en el domicilio, movilizando los recursos asistenciales necesarios

Una nueva ayuda en los últimos tiempos está siendo la telemedicina. A través de medios telemáticos apoyados  en la línea telefónica, se puede controlar a un mayor convaleciente en su hogar, sin necesidad de que realice desplazamientos frecuentes.



Viviendas compartidas entre jóvenes y mayores,  por ejemplo, entre un mayor que vive solo y un estudiante universitario. Es una experiencia que funciona en varias ciudades y en la que ambos se hacen compañía y comparten los gastos.
Viviendas compartidas entre varios mayores. Se trata de casas supervisadas en las que vive un grupo pequeño de mayores que disponen de un cierto nivel de autonomía para su vida diaria pero que tienen dificultades para vivir solos


Otras  ayudas en este ámbito, fuera del ámbito del hogar,  pero sin abandonar el mismo, lo podemos encontrar en:

Los Centros de día donde puede acudir la persona mayor durante el día regresando al domicilio para dormir.  Ofrecen ayuda y atención sobre todo a personas con dependencia para las actividades de su vida diaria y problemas médicos y/o psicosociales.


Los Centros de mayores conocidos como hogares del jubilado en donde  se facilita la convivencia entre las personas  mayores con actividades socioculturales así como con servicios de información y de atención sociosanitaria.
En casos de tomar la decisión de dejar la casa de toda la vida nos encontramos con las residencias  públicas, privadas o concertadas, que cumplen con una serie de condiciones y requisitos mínimos establecidos previamente y que garantizan una calidad mínima y aceptable en la atención a los mayores. Es  un sistema de alojamiento  sobre todo para aquellas personas que tienen algún tipo de dificultad o limitación física o psíquica y no pueden permanecer en su domicilio habitual. También hay mayores que encontrándose bien prefieren vivir en estos centros, que disponen también de programas de estancias temporales o de terapias de apoyo.

Por último resaltamos en el ámbito del hogar de las personas mayores los denominados “complejos residenciales”, que proporcionan todo tipo de servicios y suelen estar formados por viviendas tuteladas independientes. Se trata de grandes urbanizaciones que están proliferando principalmente en la zona mediterránea y que además de viviendas, a las que se les dota de todo tipo de servicio doméstico, disponen de un centro médico e incluso de una residencia para las personas con mayor dependencia


Concurso Calaf 2
Concurso Calaf 3



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