sábado, 24 de enero de 2015

LA VENTANA DEL MAYOR (205)

GÉNERO Y VEJEZ

El envejecimiento desde la perspectiva de género nos permite comprender cómo se configura la desigualdad entre hombres y mujeres mayores,  según sus biografías y  condiciones en las que viven Las mujeres tienen una esperanza de vida superior a la de los hombres. Pero no se habla de las condiciones en las que viven muchas mujeres mayores durante esos años de vida.




La  pobreza, la soledad y la salud etc. expresan de manera contundente las diferencias entre las mujeres y los hombres mayores, en lo que respecta a la  calidad de vida, al estar esta influenciada por los recursos socio-económicos y situaciones de discapacidad. En ambos temas, la situación de las mujeres es peor, sobre todo entre las mujeres  mayores de 80 años. La pobreza es una grave dificultad, especialmente entre las mujeres de edad más avanzada. Sus ingresos son, a menudo, escasos  La soledad, ya que las  situaciones de viudez, a partir de los 80 años,   es la causa de que más del 70% de las mujeres mayores, tengan una mayor probabilidad
de vivir solas. En cambio entre los hombres más del 60% siguen casados y viven con sus esposas. Dicho de otra manera: una cuarta parte de las mujeres mayores viven solas. Sin embargo, entre los hombres, esa cifra se reduce al 10%. El estado de salud de las mujeres mayores es peor que el de los hombres, lo que pone de manifiesto claramente la desigualdad entre los dos sexos. Conforme avanza la edad crecen las diferencias. Entre las mujeres de más edad, es importante considerar el impacto de enfermedades crónicas que se traducen en dificultades para realizar las actividades cotidianas. Tomemos como ejemplo, la artrosis o los problemas reumáticos que están presentes entre las mujeres en una proporción mucho más elevada que entre los hombres. Desigualdad de roles de genero. Las mujeres mayores de hoy, nacieron, crecieron y vivieron su vida adulta en un contexto dominado por un modelo en el que las mujeres eran las responsables del ámbito doméstico, reproductivo, supeditadas a la aportación de ingresos realizada por los hombres y a sus decisiones. Las mujeres eran  las principales cuidadoras en las diferentes etapas de la vida, también en el cuidado de las personas mayores. Para muchos hombres mayores, las actividades domésticas y el cuidado son tareas desconocidas. Algunos rechazan verse a si mismos llevándolas a cabo, por lo tanto no están dispuestos a aprenderlas.


Ese modelo restringía sus oportunidades de acceso a la formación o de elegir a qué querían dedicarse. Se trataba de un modelo impuesto que en muchos casos las mujeres han interiorizado, y en otros se han rebelado. Hoy, muchas mujeres mayores subrayan en sus relatos la situación más favorable para las mujeres jóvenes y adultas, comparándola con las condiciones que ellas vivieron. Y también muchas incorporan el valor de la igualdad como algo vigente, ahora, para ellas. 

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