martes, 8 de diciembre de 2015

LA VENTANA DEL MAYOR (237)

INTRODUCCIÓN  A UNA TESIS DOCTORAL (3 de 5)

El objeto de la educación de las personas mayores pone de manifiesto la  “tesis de los mayores activos” con la descripción de sus rasgos y análisis de las perspectivas teóricas de las Ciencias Sociales y Humanas sobre el envejecimiento, haciendo un recorrido por el “activismo”, “desvinculación” y “continuidad”, con  sus aportaciones positivas y críticas


En este marco se contemplan las directrices educacionales de las personas mayores, dejando constancia de modelos según las actitudes de autorealización; fijación de objetivos de acuerdo con las exigencias; su fundamentación axiológica; las estrategias  de acuerdo con  la situación personal de los actuales mayores; sus diferencias individuales acrecentadas por la edad; estrategias de motivación; la conexión entre nuevos conocimientos y experiencia; integración; compensación de desequilibrios en el acceso a la educación. Y todo ello creando un espacio de educación  permanente de este sector de la sociedad. 

La capacidad de contribuir de los docentes a una población con diversidad de conocimientos previos, y a su vez dispuestos a aprender de sus educandos; el trabajo en equipo; y el diálogo generacional e intergeneracional, son otras de las características a tener en cuenta en la educación  de las personas mayores. 


Ante esta realidad hay que propiciar nuevas formas de enseñanza, aquellas que se inscriben como “educación para la actividad”, espacio que mejore la calidad de vida de las personas mayores a través del conocimiento de formas de envejecer; su enriquecimiento psicológico; su participación como miembro activo de una sociedad cambiantes; su formación y esparcimiento. Educación permanente para el desarrollo integro de la persona, dotándola de conciencia crítica e incorporándola a las distintas áreas del conocimiento, potenciando su creatividad en el tiempo libre.


Se parte de la premisa básica de que la  educación permanente es pasar de una educación “para la vida” hacia una educación “dentro de la vida”, en la “vida misma”.  En este sentido es evidente que las estructuras escolares, en cuanto a aulas, clases explicativas, horarios lectivos, programas, exámenes, etc., son inadecuados para educar a los mayores, que exige un sistema que responda a sus intereses y niveles previos, y en donde cada uno prospere a su ritmo. El cambio sociocultural; el combatir la obsolescencia; la forma de mantenerse activo y de comprender el propio envejecimiento, son puntos convergentes para la educación de las personas mayores.

(Continuará)


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