jueves, 1 de septiembre de 2016

LA VENTANA DEL MAYOR (265)

MÁS QUE VIEJOS

En la actualidad la nueva revolución médica y social en cuanto a la vejez no se refiere sólo al aumento de la esperanza de vida sino que se ocupa, especialmente, de los que son "más que viejos", los más mayores entre los mayores: los que ya han cumplido 100 años.  

Ya no sólo se llega a viejo, se llega a ser "muy viejo" y con grandes probabilidades de hacerlo en plenitud de condiciones físicas y mentales.  Las probabilidades de que una persona viva 100 años actualmente son bajas, pero ciertamente son mayores que las de sus padres o sus abuelos Los centenarios son, por definición, supervivientes, que han vivido, al menos veinte años más que la esperanza de vida media. Contrariamente a la imagen general de un individuo extremadamente frágil al final de su vida, muchos de los estudios realizados hasta la fecha revelan que buena parte de los mismos viven integrados en la comunidad, con un buen estado cognitivo y funcional 

En el extremo más longevo de la especie humana, los centenarios ofrecen la oportunidad de extraer las claves más importantes respecto a la supervivencia y fragilidad que permitan promover unos mejores niveles de salud e independencia en el conjunto de la población mayor. Ello supone toda una revolución  que los médicos, psicólogos, sociólogos y políticos deben contemplar. El creciente número y la proporción de centenarios  generan cuestionamientos a los programas y las políticas, como la edad de retiro, la atención médica, las pensiones, las inversiones económicas, los impuestos, los servicios sociales, el mantenimiento de la salud, la rehabilitación, el cuidado y la vida asistida. No prestar atención o demorar la atención de las profundas consecuencias de la mayor longevidad no solo es una visión de corto alcance, sino que dificulta la situación de personas, familias y comunidades, así como eleva el costo económico para los gobiernos.

Llegar a los 100 años significa algo más que, simplemente, vivir mucho. Con un ritmo de vida tan acelerado como el de hoy, uno se preguntará: ¿Cómo se comportan para vivir más de cien años? Los científicos afirman, que los factores claves para llegar a esta edad son: los “súper” genes heredados. La mayoría de quienes llegan a los 100 años tienen un abuelo, un padre o madre; hermano  o hermana que vivió 90 años o más.  

Además de la importancia de la genética, en especial en edades avanzadas, algunos de los factores más notables relacionados con la longevidad son:  la buena salud y hábitos personales, como la dieta, el ejercicio, el peso normal, el poco estrés y no fumar ni abusar de substancias;  la educación y el elevado conocimiento;  un sistema de apoyo social fuerte y comprometido;  una perspectiva optimista y emociones positivas con capacidad de adaptación al cambio y a la planificación de alternativas Muchas personas centenarias señalan que no sienten su edad cronológica, sino que se piensan y se sienten muchos años más jóvenes. Han logrado una vida de tres dígitos, y aunque parezca increíble para muchos, todavía disfrutan y le sonríen a la vida. 

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